miércoles, 8 de febrero de 2012

CAPÍTULO IX: REPROCHES

Diana caminó sin rumbo a lo largo de su calle, pensando. Judith, había dicho Ruth por el chat. Pensó con todas sus fuerzas...los minutos pasaban y ella no sabía dónde empezar a buscar. Sacó el móvil y marcó el número de su hermana. Salió el buzón de voz. Diana gruñó. Judith...Judith...Judith...Judith...Su rostro se iluminó. ¡Ya lo tenía! Se caló bien el abrigo y salió corriendo.
Encontró el parque unos metros más allá. Exhausta, se apoyó en el columpio. Miró a su alrededor. Una figura solitaria movía las piernas sentada en lo alto del tobogán. Suspiró con ahínco y echó a andar hacia ella.
-  ¡¡¡Ruth!!! - gritó mientras caminaba por la suave arena. La figura volvió la cabeza, se bajó del tobogán y corrió hacia ella. Un segundo después, su cabeza reposaba en el pecho de Diana, y rodeaba su cintura con dos brazos finos y largos -. Da gracias por tener internet en el móvil - murmuró la chica. Se abrazó contra su hermana y le frotó la espalda. Iba a reprocharla todo, pero se calló y no dijo nada. La separó de sí, sacó el móvil y marcó un número. Ante la atenta mirada de los grandes ojos verdes de Ruth, Diana habló con Elena.
-  Ya la he encontrado. Me la quedo en mi piso esta noche y mañana te la llevo. Vale - su rostro se ensombreció -. Sí, conseguí llegar por autostop. Vale, adiós.
Colgó y cogió la mano de Ruth. Tiró levemente de ella y echaron a andar las dos juntas.
-  No vuelvas a darme estos sustos, por favor. Lo he pasado muy mal - Ruth bajó la cabeza -. Si te hubiera pasado algo...¿estás llorando? - giró la cabeza y, efectivamente, grandes lágrimas manaban de los ojos de Ruth. Su nariz respingona estaba rosada, lo que contrastaba con su rostro pálido y puro como una estrella. El cabello oscuro, liso y abundante le caía a los lados del rostro y le rozaba los hombros. Pequeñas pecas le cubrían las mejillas. Se enjugó las lágrimas con el dorso de sus manos, finas y de largos dedos. Diana suspiró, la abrazó con su único brazo libre, la cogió de nuevo de la mano y echó a andar hacia su casa.

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-  Hola, hijo - en el rostro del hombre apareció una sonrisa sesgada que formaba un paréntesis en las comisuras de la boca -. Te veo mejor que hace unas horas.
-  Sí - contestó Marc con sencillez -. Ya me encuentro mejor, y ya no tengo frío - echó una mirada furtiva a la taza de té que descansaba en la mesilla, vacía. María captó la dirección de sus ojos y cogió la taza, dispuesta a rellenarla del mejunje. Marc se levantó y bostezó.
-  Me voy a la cama. Buenas noches - mintió.
-  Buenas noches - contestaron la madre, el padre y Álex al unísono -. Marc, cielo, ¿no quieres más té?
-  No, gracias - dijo, al entrar en su habitación. Se puso el pijama, se lavó los dientes y se acostó en su cama. Sacó el portátil de debajo de la almohada y lo encendió. Enchufó los cascos para no hacer ruido. Comprobó que la red de internet estaba activa y se conectó al chat para gente de su edad. Su corazón dio un vuelco cuando reconoció un nickname: ``Diana1000´´. Empezó a hablar con ella, tecleando sin ruido alguno. Pasó aproximadamente una hora, y le entró sueño. Se despidió, apagó el ordenador, lo escondió debajo del colchón. Antes de dormirse definitivamente, sólo tuvo tiempo de recordar la promesa que le había hecho a Diana y de oír a su madre decir desde la cocina:
-  ...Por favor, Damián, cariño, llévale el té a Marc, seguro que quiere...
                                             
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Ruth acarició el lomo grisáceo y suave de la gata. Observó un momento sus ojos bicolores y cogió una galleta del plato. La mordisqueó despacio.
-  ¿Cómo se llama? - preguntó. Diana se removió en el sitio.
-  Nube - contestó, con voz queda.
-  ¿Cómo se te ocurrió ese nombre?
-  No lo sé.
-  Es preciosa.
-  Ajá.
-  Me gustaría tener una gata así de bonita.
-  Ajá.
-  ¿Me estás escuchando?
-  Ajá.
-  ¿Qué haces?
-  Ajá. Quiero decir... - Diana apartó la mirada del ordenador - Estoy hablando con una persona.
Ruth estiró el cuello para mirar por encima del hombro de Diana. Ésta cerró la tapa del ordenador.
-  Oye...estate quietecita un rato, ¿quieres? Es importante.
Ruth bajó la cabeza y siguió acariciando a Nube, que se recostó encima de la mesa y ronroneó mansamente. La chica soltó una risita y le rascó la barriga. Nube se removió, pero no abrió los ojos. Ruth suspiró.
-  ¿Puedo irme a la cama? - Diana parpadeó y asintió, con cansancio. Se levantó, seguida de Nube y de Ruth, y salió de la cocina. Deshizo la cama de su habitación y Ruth se tumbó.
-  Buenas noches, Diana - dijo, en voz baja.
-  Buenas noches -contestó.
Fue a cerrar la puerta del cuarto, pero Ruth la llamó. Diana se acercó.
-  Gracias - susurró la niña. Le echó los brazos al cuello. Diana sonrió. Se apartó de ella y salió de la habitación.
Volvió a la cocina. Se sentó frente al ordenador mientras cogía una galleta del plato y rascaba distraídamente la oreja de Nube.

MarcBomba: estas ahi?
Diana1000: si, perdona. Mi hermana acaba de irse a la cama, y yo no tardare en hacer lo mismo xD 
 MarcBomba: esperate, esto es importante. Estabamos hablando de  Judith. Que sentiste exactamente ayer en el metro?
MarcBomba: estas?
Diana1000: si...senti como si me soplaran en el oido, y oi su voz claramente decir:acepto tus disculpas, Diana.
MarcBomba: y que mas?
Diana1000: le pregunte que por que me lo preguntaba justo ahi, en medio del anden, y me respondio que merecia ser feliz
MarcBomba: ella?
Diana1000: no bobo, yo
MarcBomba: jajaja ok ok...
Diana1000: que conclusion sacas de ello?
MarcBomba: absolutamente ninguna
Diana1000: tonto!!! Se yo mas que tu! Judith esta intentando comunicarse conmigo!
MarcBomba: aaammmmm...ok y para que crees que quiere comunicarse contigo?
Diana1000: no lo se, pero tiene que ser importante para volver de entre los muertos para decirme eso solo...
MarcBomba: esto tenemos que solucionarlo...pero mañana. No me siento con fuerzas para seguir toda la noche
Diana1000: acuestate ya, mañana vas a tener ojeras, y seguro que no te quedan tan bien como a mi xD
MarcBomba: oye, no te quedan mal. Te hacian juego con las zapas jajajaja
Diana1000: mentiroso! xD Bueno, acuestate ya mejor
MarcBomba: ok, buenas noches, mañana conectate a las 7 
Diana1000: si, pero a las 7.30 me tengo que ir al curro
MarcBomba: yo tambien. Adios
Diana1000: chao
MarcBomba ha salido de la sala


Con un suspiro, se dispuso a apagar el ordenador, pero un pitido le llamó la atención. Abriendo mucho los ojos, empezó a hablar.

Desconocido12345: Aqui estas otra vez
Diana1000: te dije que me dejaras en paz, no? Por que no eres capaz de dejarme tranquila un dia solo? Es tan dificil?
Desconocido12345: vamos, Diana, soy yo. HE VUELTO. NO TE ALEGRAS DE VERME? De pequeña suplicabas que te cogiera en brazos. Que te ha pasado?


Con el corazón latiéndole con fuerza, Diana cerró de golpe el portátil. El sudor formaba pequeñas perlas que se adherían a su frente. Tenía las pupilas enormes. Su mente no dejaba de recordar el cuerpo de Judith bajo los neumáticos del Renault rojo, los ojos de su padre mirando el cadáver con frialdad desde detrás del parabrisas...
Tuvo pesadillas toda la noche, soñando con su padre, sangre, más sangre y más sangre...

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